viernes, 24 de abril de 2009

Crónica del Ferry

Christine Jarquin

El viento soplaba como un abanico sin apagarse y el sol era implacable con los que andábamos caminando en el famoso puerto Salvador Allende inaugurado por el Presidente el año pasado.

Me fui a ver los precios de cuanto costaba el viaje en el barco, llamado “La Novia del Xolotlan”, mientras tanto un niño con mirada triste me regalaba una flor para después pedirme “su voluntad”. A las cuatro de la tarde salía el barco, entonces para mientras esperamos una amiga y yo nos fuimos a uno de esos restaurantes que ahora están dentro del parque donde queda el puerto, bastante limpio y ordenado en comparación a los otros restaurantes que bordean el lago.

En frente de nuestra mesa, se encontraban dos hombres que parecían ser de origen extranjeros se les notaba por su color de piel y su tono de voz que se les oía hasta la mesa. Uno de ellos volteo hacia nosotras y nos cerró un ojo, y después nos quería tomar una foto. Mi amiga y yo pagamos la cuenta y nos fuimos.

Faltando diez minutos para las cuatro, entra al parqueo un microbús donde una a una se van bajando las candidatas al carnaval por la vida. En las mujeres se destacaba los cabellos peinados y algunos planchados, su rostro bien maquillado y unos tacones que le aumentaban un poco mas la estatura.

Mientras las beldades se bajaban con su banda que decían a que departamento pertenecen, las luces de las cámaras iluminan los rostros de las jóvenes para captar alguna sonrisa ya que sus ojos estaban ocultos tras unas grandes gafas.

Después de una sesión de fotos informal, las jóvenes espigadas dieron un recorrido por el pequeño parque y luego se dirigieron al restaurante. Así mismo la gente siguió paseando y disfrutando de la vista panorámica.

Las 4pm. Hora de abordar. Nos subimos a la novia del Xolotlan que tiene capacidad para 160 personas pero ese domingo apenas llegábamos a 100. Los que estaban en las planta baja que tienen un valor de 50 córdobas, algunos estaban sentados, otros estaban en el bar pidiendo algún trago o alguna como rápida y uno que otro niño asomándose a la ventana y tratando de abrirla.

Cuándo ya casi todos están abordo, suben las candidatas y detrás de ellas una marimba que durante el camino puso a bailar a los que iban en la parte de arriba que tiene un valor de 70 córdobas. En el trayecto de los 45 minutos del viaje que suele durar, pero que esta vez duro apenas media hora porque la organizadora del Carnaval Alegría por la Vida, Emperatriz Urroz, llegó media hora tarde.

El viaje resulto agradable, por la brisa del lago y el bello atardecer pero a la orillas del lago se puede divisar las humildes casas hechas de chatarra y plástico negro, además de un humasal que parece venir del basurero municipal “La Chureca”. Otro de los paisajes que se logra observar claramente es la isla del amor que supuestamente era donde Somoza dormía con las “muchachitas”, contaba el audio del barco.

Por otro lado, nos encontramos de nuevo con los extranjeros que esta vez se atrevieron a hablarnos, para invitarnos al cine y después ir “adonde el viento nos diga”. Como la invitación fue rechazada, el más gordo de ellos no perdió el tiempo y empezó a bailar con las jóvenes que vestían la banda y los tacones.

Después de que la dimos la vuelta a la isla del amor, el tiempo se fue haciendo más rápido para llegar a la orilla. Menos mal que esta vez el lago no eructo delante de las candidatas de belleza que lo andaban visitando, sin embargo no pudo hacer nada por su color gris tirando a negro.

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