Dorling López Rivera

Un tesoro casi perdido de nuestra capital. Vale la pena conocer su historia y lo que aún se puede hacer por él
A pesar de todo el proceso que se esta llevando a cabo para la descontaminación del lago la población no podrá bañarse en sus aguas, con el saneamiento del Xolotlán se prevé que mejoren las condiciones turísticas de sus costas, pero no significara su recuperación total, para recuperar al cien por ciento el lago existen otros factores que tendrían que incidir en el saneamiento, porque se esta hablando de drenaje pluvial de la capital, el botadero de basura y controlar todas las cargas de agroquímicos y fertilizantes que se consumen en la cuenca norte del lago producto de la zona agrícola e industrial, lo cual no forma parte del proyecto actual.
Christine Jarquin
El viento soplaba como un abanico sin apagarse y el sol era implacable con los que andábamos caminando en el famoso puerto Salvador Allende inaugurado por el Presidente el año pasado.
Me fui a ver los precios de cuanto costaba el viaje en el barco, llamado “La Novia del Xolotlan”, mientras tanto un niño con mirada triste me regalaba una flor para después pedirme “su voluntad”. A las cuatro de la tarde salía el barco, entonces para mientras esperamos una amiga y yo nos fuimos a uno de esos restaurantes que ahora están dentro del parque donde queda el puerto, bastante limpio y ordenado en comparación a los otros restaurantes que bordean el lago.
En frente de nuestra mesa, se encontraban dos hombres que parecían ser de origen extranjeros se les notaba por su color de piel y su tono de voz que se les oía hasta la mesa. Uno de ellos volteo hacia nosotras y nos cerró un ojo, y después nos quería tomar una foto. Mi amiga y yo pagamos la cuenta y nos fuimos.
Faltando diez minutos para las cuatro, entra al parqueo un microbús donde una a una se van bajando las candidatas al carnaval por la vida. En las mujeres se destacaba los cabellos peinados y algunos planchados, su rostro bien maquillado y unos tacones que le aumentaban un poco mas la estatura.
Mientras las beldades se bajaban con su banda que decían a que departamento pertenecen, las luces de las cámaras iluminan los rostros de las jóvenes para captar alguna sonrisa ya que sus ojos estaban ocultos tras unas grandes gafas.
Después de una sesión de fotos informal, las jóvenes espigadas dieron un recorrido por el pequeño parque y luego se dirigieron al restaurante. Así mismo la gente siguió paseando y disfrutando de la vista panorámica.
Las 4pm. Hora de abordar. Nos subimos a la novia del Xolotlan que tiene capacidad para 160 personas pero ese domingo apenas llegábamos a 100. Los que estaban en las planta baja que tienen un valor de 50 córdobas, algunos estaban sentados, otros estaban en el bar pidiendo algún trago o alguna como rápida y uno que otro niño asomándose a la ventana y tratando de abrirla.
Cuándo ya casi todos están abordo, suben las candidatas y detrás de ellas una marimba que durante el camino puso a bailar a los que iban en la parte de arriba que tiene un valor de 70 córdobas. En el trayecto de los 45 minutos del viaje que suele durar, pero que esta vez duro apenas media hora porque la organizadora del Carnaval Alegría por la Vida, Emperatriz Urroz, llegó media hora tarde.
El viaje resulto agradable, por la brisa del lago y el bello atardecer pero a la orillas del lago se puede divisar las humildes casas hechas de chatarra y plástico negro, además de un humasal que parece venir del basurero municipal “La Chureca”. Otro de los paisajes que se logra observar claramente es la isla del amor que supuestamente era donde Somoza dormía con las “muchachitas”, contaba el audio del barco.
Por otro lado, nos encontramos de nuevo con los extranjeros que esta vez se atrevieron a hablarnos, para invitarnos al cine y después ir “adonde el viento nos diga”. Como la invitación fue rechazada, el más gordo de ellos no perdió el tiempo y empezó a bailar con las jóvenes que vestían la banda y los tacones.
Después de que la dimos la vuelta a la isla del amor, el tiempo se fue haciendo más rápido para llegar a la orilla. Menos mal que esta vez el lago no eructo delante de las candidatas de belleza que lo andaban visitando, sin embargo no pudo hacer nada por su color gris tirando a negro.
Roxana López
Pasar una tarde en el malecón en día de semana puede que resulte aburrido, los restaurantes y bares están vacios, solo se puede encontrar a unos cuantos visitantes refrescándose con unos cuantos litros de cerveza disfrutando del grisáceo panorama que muestra la novia sucia.
Llegue a las dos de la tarde al malecón con el fin de encontrar a algún pescador que me dijera donde distribuía la mercancía que lograba sacar de la novia sucia, pero al parecer no era día de pesca.
El clima estaba fresco a pesar de que el sol brillaba con fuerza, me dirigí a unos de los tantos bares que bordea el malecón, mi parada fue la barbacoa cubana, era el único que tenia unas cuantas parejas de visita que bebían al ritmo de unas canciones de Vicente Fernández. Solo había un mesero sentado en una de las mesas con el brazo apoyado en su barbilla esperando el llamado de alguno de los clientes.
En el balcón de barandas de hierro que esta afuera del bar corría un viento fresco, la vista era panorámica se podía apreciar todo el lago desde el lugar, pero al ver un zapato flotando el las aguas sucias de la novia entristecía a cualquiera.
Solo me quedó tomar unas cuantas fotos del lugar y sus visitantes, la tarde estaba corriendo y a pesar de que el malecón se miraba desolado me dio miedo quedarme mucho tiempo en el lugar.
Irlanda Roque Cuadra
No hay nada más difícil que vivir sin ti... del Buquí. Bailaban frente al lago de Managua, una mujer regordeta, con un jeans bien ajustado a sus caderas, y una camisa blanca que apretaba su abundante abdomen. El hombre un típico nicaragüense, de estatura baja, cabello chirizo y piel chocolate le sostenía intensamente sus caderas.
Caminaba un domingo por la noche sobre las orillas del Xolotlán sin buscar un destino. Al leer BAR FIVERSTAR, me detuve, porque el nombre, le pregunte a un joven que servía cervezas, Xolotlán ¨cinco estrellas en español, los otros abres solo llegan a tres estrellas, me dijo, mientras sonreía.
El sonido de la música y la pareja en medio de la pista, me dieron ganas de tomarme una toña bien fría, pero la intensidad con que se abrazaban y las miradas fogosas que se intercambiaban, le dio otro sabor a mi cerveza.
Esa noche se escuchaba música por todos lados, entonces decidí visitar otros bares. Al caminar por las aceras donde el olor a carne asada empapaba de saliva mis labios, entre a una discoteca, que no recuerdo su nombre, solo se que se encontraba mas llena que las otras. Mucha gente bailaba en medio de la pista. Una mujer que vendía manzanas dentro de la disco me pidió que el comprara, yo no lo hice, solo me detuve a pensar: esto si es mi verdadera Managua. Gamas voy a encontrar un situación similar en el Chaman o Moods. Donde los vendedores ambulantes no pasan de las afueras de esos bares.
Cuando me salí de esa discoteca y al mirar a una pareja besándose frente al lago, bajo la luna partida por la mitad, me detuve a mirarlos. Creo que eran jóvenes, no lo se, por la oscuridad. Solo logre mirar como el viento soplaba la minifalda roja de la muchacha y como el joven aprovechaba esos soplos para introducir sus manos por debajo de esa falda.
La situación romántica y gratificante me impidió tomarles fotografías. No quise interrumpir la escena. Me fui al otro lado del Malecón, al nuevo Puerto Salvador Allende. Aquí encontré gente con otras características y con otra vestimenta. Pese a que también eran nicaragüenses, al igual que los otros, en el otro punto del Malecón, no se porque pude percibir que la diferencia de clase social era muy grande.
Sera que yo visite la Vieja Managua! No lo se. Pero lo que si estoy segura es que volvería a repetir la misma experiencia, en el mismo lugar, donde los hombres aun sacan a bailar a las muchachas. Y donde todos a un se miran a los ojos.
A pesar de sentir cosquillas por todo mi estomago, por temor a que me roben mi cámara, repetiría otra vez esa experiencia...